Andaba releyendo estos días Rayuela de Cortázar y en esto que me topé con el capítulo 83. No he podido resistirme a incluir al menos el primer párrafo como breve nota al margen de la entrada anterior.
“La invención del alma por el hombre se insinúa cada vez que surge el sentimiento del cuerpo como parásito, como gusano adherido al yo. Basta sentirse vivir (y no solamente vivir como aceptación, como cosa-que-está-bien-que-ocurra) para que aun lo más próximo y querido del cuerpo, por ejemplo la mano derecha, sea de pronto un objeto que participa repugnantemente de la doble condición de no ser yo y de estarme adherido.”
(Julio Cortázar, Rayuela)
1 comentario:
Buen comienzo
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